Padre, hoy no quiero pedir nada, ni siquiera llenarte de oraciones repetitivas, llenas de preocupaciones mundanas.
Tampoco quiero que sea un momento emotivo ni mágico. Porque no pienso voltear al pasado, sino que prefiero centrar todas mis fuerzas en el presente.
Sólo sé que pongo plena confianza en Ti, y que por eso mi vida está en Tus manos.
Te ofrezco ser más responsable y entregarme a cumplir, con alegría y paz en mi corazón, el hacer el bien en todo momento y con cuántas personas me tope.
De verdad, haré mi mejor esfuerzo para continuar con mi misión y cooperar para que éste mundo sea, en algo, mejor de como lo encontré.
No aspiro más que a ser más humilde y respetuoso. A cuidar lo que tengo y a hacer todo lo que puedo.
Pero lo más importante es agradecerte por todo lo que he recibido y así glorificar tu nombre.
¡Ah! y una última cosa, prometo no tratar de entender por qué permites tanta injusticia, corrupción y sangre inocente, y sobretodo dejas que los malvados vivan tan campantes.
Amén
Feliz Navidad