Me quedo muy gratamente impresionado con las múltiples emociones que nos han regalado varios de los medellistas y atletas en Río 16.
He reflexionado que los familiares y amigos tienen un papel fundamental en la trayectoria de la mayoría de los atletas.
Cierto que el mérito y las hazañas las realizan los deportistas, pero quiero darle su lugar y el reconocimiento muy merecido, principalmente a los padres y hermanos que apoyan y han acompañado a los atletas, que han conquistado un lugar en estos Juegos Olímpicos.
No importan las medalla, sino la superación personal, el esfuerzo y el resultado que han alcanzado rumbo al perfeccionamiento de su especialidad.
Que son personas talentosas, inteligentes, de buen corazón y llenos de virtudes, sin con ello no reconocer que también deben tener muchos defectos.
Pero apoyemos a la estructura de las familias y la cultura del deporte.
Es una poderosa combinación para la salvaguarda de los valores más importantes para el bienestar de la familia humana.