Me temo que las personas estamos perdiendo nuestra libertad.
Cada quien sabe cuáles son sus debilidades y dependencias, que lo alejan de ser dueño de sus propios actos.
Decía Aristoteles que la verdadera libertad es saber de quién o de qué eres esclavo. Es decir, que finalmente no somos tan libres como creemos; pero tenemos la opción de elegir entre lo que nos hace bien o lo que nos genera daño.
Es tan grande el valor de la libertad que necesitamos cuidarla, con especial esmero, y levantar nuestra voluntad para dejar de ser esclavos de lo intrascendente y mirar sólo lo que vale la pena.
Viva la libertad.