Son personas viles las que desean despojar de sus bienes a los que han trabajado honestamente por ellos.
A la hora de heredar, están como depredadores buscando con qué quedarse del familiar fallecido.
Los familiares “carroñeros”, por envidia y codicia, son capaces de justificar todos sus actos corruptos, con tal de quedarse con lo que no les corresponde.
Un hermano puede despojar a otro de sus bienes, aunque nunca los haya trabajado, porque simplemente se siente con el derecho legal de poseerlos.
Lo justo es saber respetar la voluntad expresada en el testamento y cuidar que el deseo de las propiedades ajenas no se convierta en un ánimo por robarlas.
Los más valioso es sólo aspirar a lo que verdaderamente uno se merece, como producto del esfuerzo y del trabajo. Y si te toca algo que no trabajaste, agradecerlo con mucha humildad y no querer aspirar a más.